Restaurante El Lagar de San Vicente

Restaurante El Lagar de San Vicente

El Lagar de San Vicente es un auténtico tesoro en Peñafiel, donde el lechazo asado en horno de leña es la estrella del menú. Este plato, un clásico de la gastronomía de Castilla y León, se sirve en cazuela de barro, garantizando que la carne esté crujiente por fuera y jugosa por dentro. Pero no solo se trata de lechazo; aquí también podrás disfrutar de una variada selección de carnes y pescados, todos preparados con esmero y acompañados de vinos de denominación de origen Ribera del Duero que complementan a la perfección cada bocado.

Además, el restaurante tiene un ambiente especial, ya que las instalaciones fueron antiguamente un lagar, donde se elaboraba vino. Si decides visitarlo, asegúrate de probar sus sabrosas croquetas caseras y otros deliciosos postres. Las reseñas hablan por sí solas, con una calificación de 4.5 sobre 5 en Restaurant Guru y más de 1300 opiniones de comensales satisfechos. No olvides hacer una reserva porque, con tanta calidad, ¡es un lugar que se llena rápido!

Restaurante El Lagar de San Vicente

Asador de cordero
4,5
727Reseñas
Fotos
C. de la Varguilla, 36, 47300 Peñafiel, Valladolid
983 87 31 56

Horarios Restaurante El Lagar de San Vicente

DíaHora
lunesCerrado
martes13:00–15:30
miércoles13:00–15:30
jueves13:00–15:30
viernes13:00–15:30, 21:00–22:30
sábado13:00–15:30, 21:00–22:30
domingo13:00–15:30

El horario podría cambiar.

Mapa Ubicación Restaurante El Lagar de San Vicente

Qué plato es considerado la estrella del menú en El Lagar de San Vicente

¡Hola, chicos! ¿Han probado ya el Restaurante El Lagar de San Vicente en Peñafiel? Si no lo han hecho, se están perdiendo de una experiencia culinaria de 5 estrellas. Hoy nos hemos dado un festín con un medio lechazo asado que simplemente estaba espectacular. ¡Tierno, jugoso y lleno de sabor! Y hablando de acompañamientos, las patatas fritas perfectas fueron el complemento ideal. No se queden sin probar las mollejas que estaban de rechupete y esas croquetas caseras que eran una auténtica maravilla. Cada bocado fue un placer.

Además de la comida, la atención fue de 10. El personal es súper amable y te hace sentir como en casa. Nos dejaron visitar las bodegas, donde se pueden ver barricas antiguas y es todo un encanto, como comer en una cueva mágica. Eso realmente subió la experiencia a otro nivel. Y aunque no es el restaurante más barato del mundo, con un precio de entre 50-60 € por persona, vale cada céntimo. A veces hay que darse un capricho, ¿no?

Si lo que buscan es una comida contundente, el 1/4 de lechazo es ideal para compartir, y con una ensalada y unas patatas, ¡saldrán rodando! Pero cuidado, que se llena rápido, así que ¡mejor hagan su reserva! El ambiente es muy bonito, y hay distintas áreas para disfrutar de la comida, incluso una en la bodega que no tiene desperdicio.

Y, para responder a la pregunta del millón: ¿qué plato es considerado la estrella del menú en El Lagar de San Vicente? Sin duda, ¡el lechazo! Si vienen a Peñafiel, tienen que probarlo porque es un plato que deja huella. Así que ya saben, ¡a disfrutar!

Dónde se encuentra El Lagar de San Vicente

Y cuando llegamos al Lagar de San Vicente, la experiencia fue de cinco estrellas desde el primer momento. El lechazo es una maravilla; se deshace en la boca y simplemente no hay palabras para describir lo bueno que está. Además, el entrecote que pedimos también estuvo de lujo. Esos sabores son los que se quedan grabados en la memoria. Y, por si fuera poco, el servicio es increíblemente amable. Los camareros están atentos a cada detalle y además tienen unas recomendaciones de vino que son difíciles de superar, todo a precios razonables. La comida y el servicio, ambos 5/5, ¿qué más se puede pedir?

La verdad, fuimos recomendados y ha sido un verdadero acierto. El ambiente del local es acogedor, y aunque me encantaría decir que puedes llegar y encontrar mesa, lo mejor es que reservas con antelación. Cuando fuimos, aunque estaba lleno, la energía y el buen trato hacen que te sientas como en casa. Pedimos una ensalada mixta y unos espárragos de entrantes que estaban para chuparse los dedos, y luego, un cuarto de lechazo, que era un plato generoso y, créeme, exquisito.

Y no olvidemos los postres; si te gusta lo casero, la tarta de queso y los sorbetes son un must. La bodega que tienen abajo es también un pequeño tesoro para visitar. Estuvimos allí entre semana y la tranquilidad de la sala, aún con poca gente, fue un verdadero lujo. El servicio estuvo a la altura, haciendo que la comida, que también era muy rica, se sintiera aún más especial. Vamos, un 4/5 en todo.

Entonces, si te preguntas dónde se encuentra El Lagar de San Vicente, está en C. de la Varguilla, 36, 47300 Peñafiel, Valladolid. Si alguna vez pillas un hueco, no dudes en pasar, ¡te prometo que no te arrepentirás!

Qué tipo de horno se utiliza para preparar el lechazo

¡Y después de recorrer esos castillos impresionantes, no hay mejor plan que sentarse a disfrutar de una buena comida en El Lagar de San Vicente! De verdad, tienen un nivel que es de cinco estrellas en comida, servicio y ambiente. El local tiene un aire acogedor que te hace sentir como en casa, y si tienes la suerte de que te inviten a ver la bodega subterránea, no lo dudes. Es preciosa y subirás de allí igual de satisfecho y con un par de fotos increíbles.

Cuando te sientes a la mesa, no puedes dejar de probar la morcilla de Burgos; ¡está realmente buenísima! Y luego, el cuarto de lechazo es una cosa de locos. Es tan grande que no hay forma de acabarlo entre dos… pero, sinceramente, cada bocado es un regalo para el paladar. La carne es tan tierna y sabrosa que te vas a querer chupar los dedos.

El personal es súper amable y atento, siempre pendiente de todo, lo cual se agradece un montón. Y aunque tienen un montón de platos, hay que moverse rápido hacia su sopa castellana o sus chorizos a la cazuela; son especiales. Eso sí, cabe mencionar que no siempre te preguntan cómo quieres la carne, lo que puede ser un punto a considerar si eres un carnívoro exigente. Pero si no, ¡no habrá problema!

Ah, y en cuanto al secreto del lechazo, este se cocina en un horno de leña, lo que le da ese sabor tan auténtico y característico. Una elección perfecta para un domingo o para celebrar lo que sea. ¡Variedad perfecta en el menú y un ambiente super simpático! ¿Vas a dejar pasar la oportunidad de probar esto? ¡Yo seguro que vuelvo de nuevo!

De qué región proviene la gastronomía destacada en este restaurante

La verdad es que si vas a El Lagar de San Vicente, te aseguro que no saldrás decepcionado. El ambiente es muy acogedor, ideal para compartir unas buenas risas con amigos o disfrutar de una cena en familia. Al tratarse de un asador de cordero, es el lugar perfecto para los amantes de la carne, especialmente si te apetece un buen lechazo al horno. Y, por cierto, ¡no olvides pedir vino de la zona! La carta está bastante bien y seguro que encuentras algo que te encaje.

Ah, y si alguno de ustedes es celíaco como yo, ¡están de suerte! En este restaurante tienen pan sin gluten y se preocupan de hacerte sentir bienvenido. Hablando de la comida, la sopa castellana y la tabla mixta son dos imperdibles que debes ordenar. Y si quieres un aperitivo, los calamares y el cogollo con endivias son súper recomendables. Creo que no hay que pensarlo más, ¡a disfrutar!

Hablando del servicio, los camareros son unos verdaderos cracks; se nota que les gusta lo que hacen y te tratan como en casa. Eso sí, asegúrate de reservar con antelación si quieres probar el lechazo, ya que lo preparan al momento y puede llevar su tiempo. Y sí, a veces te puedes encontrar algún trozo de hueso en las croquetas, pero eso solo dice que son caseras.

En cuanto a la ubicación, está en la parte alta de Peñafiel, así que si haces el esfuerzo de subir, te encontrarás con unas vistas increíbles y el entorno te dejará impactado. ¡Eso sí, las cuevas del sótano son toda una sorpresa! En resumen, la gastronomía que brilla aquí proviene de la tradición castellana, conocida por sus platos robustos y sabrosos, como el lechazo asado que te dejará con ganas de más. Así que, ¡no te lo pienses!

Cómo se sirve el lechazo asado

Y después de todo este festín en El Lagar de San Vicente, puedo decirte que nos ha encantado el lugar. La experiencia fue de las que se queda grabada, ¿sabes? Tiene tres plantas y, de verdad, si tenéis la oportunidad, ¡pedid mesa en la de abajo, donde está la bodega! Esa zona tiene un encanto especial que no se puede igualar. En nuestro caso, comenzamos con la morcilla, el queso (que estaba buenísimo), y el revuelto con gambas y setas. Pero el verdadero protagonista de la velada fue, sin duda, el cordero. Ah, ¡y no olvidéis que hay que reservarlo! No querréis quedaros sin probarlo. El servicio fue increíble, los camareros encantadores y el ambiente, simplemente, nos gustó muchísimo. ¡Definitivamente repetiremos!

La cocina tradicional del restaurante invita a disfrutar del famoso lechazo de la zona, aunque la carta también tiene otras carnes que valen la pena. En nuestra visita, elegimos las chuletillas y un solomillo de ternera. Todo estaba en su punto, lleno de sabor, y la verdad es que la elección fue todo un acierto. Y ya que estábamos ahí, ni se os ocurra marcharos sin probar un postre, el de hojaldre con crema y nata es simplemente espectacular. ¡Y el camarero que nos atendió fue súper amable! Y como bonus, al final te invitan a un tour por la bodega, lo que me pareció un detalle genial.

En cuanto al ambiente, hay algo en esos comedores tradicionales que lo hacen todo más acogedor. Al estar en la bodega, la atmósfera es acogedora, pero también amplia. No es solo un lugar para comer; es una experiencia. Y si alguno de vosotros se pregunta cómo se sirve el lechazo asado, pues viene tierno, jugoso y con un sabor que se deshace en la boca. Además, viene maridado con un buen vino de la casa, que aunque suele estar un poco frío, entra de maravilla. Así que, ya sabéis, ¡echad un vistazo a la bodega cuando podáis! Merece la pena, tanto como el menú completo.

qué otros tipos de comidas se pueden encontrar en el menú

Después de la comida en El Lagar de San Vicente, la verdad es que te quedas con ganas de repetir. El ambiente es super acogedor y el personal te trata como si fueras de la familia. A mí me parece que el trato es clave, y aquí lo tienen muy bien cuidado, lo cual siempre suma. Aunque el asado estaba un poco seco y fue lo que tiró un pelín la puntuación, los solomillos eran sencillamente espectaculares. Si vas, ¡no te olvides de dejarle un hueco a los postres! Son muy ricos, y hay que recompensar al estómago después de esa comilona.

Si te gusta el lechazo, este es el lugar. No puedo decir que sea el mejor que he probado, pero estaba delicioso. Te van a servir una cantidad contundente, así que asegúrate de ir con hambre. El revuelto de ajetes fue una maravilla y el cuarto de lechazo estuvo muy bueno. ¿Y de postre? Un flan que me dejó con ganas de repetir. Así que, ¡tómalo en cuenta: es un sitio altamente recomendable!

Hablando de recomendaciones, si alguna vez vas con niños, no te preocupes, aquí son muy flexibles. Mis gemelos de tres años se pusieron las botas con el lechazo y las chuletas de cordero. Y si te preocupa un poco el precio, vale, puede que sea un poco elevado, pero la calidad lo justifica. Es justo aquí donde un poco de gasto se traduce en una experiencia placentera para todos.

Y para aquellos que se preguntan sobre el menú, aunque el lechazo es la estrella, también tienen opciones vegetarianas, ¡algo inesperado en un asador! Puedes encontrar platos con patatas y salsa de carne vegetal, y eso sumado a su sopa castellana o ensaladas completas hacen que haya algo para todos. Así que, si estás cerca de Peñafiel, no dejes de pasarte por aquí. ¡Seguro volverás!

Qué vinos acompañan a los platos del restaurante

Y si estáis pensando en ir a El Lagar de San Vicente, os cuento que me dejé caer por allí y la experiencia fue de 5 estrellas. Nos decantamos por un menú del día que costaba solo 16€, y os aseguro que valía cada céntimo. De entrante, disfrutamos de un consomé que estaba para chuparse los dedos, perfecto para abrir el apetito. El plato estrella, sin duda, fue el filete de ternera, que era enorme y estaba riquísimo. Venía acompañado de unas patatas de esas que nunca pueden faltar. Y si pensáis que el plato de segundo era lo mejor, esperad a probar los postres: natillas y tarta de queso a elegir entre varias opciones. Todo estaba de lujo.

No puedo dejar de mencionar el pan; estaba especialmente bueno, crujiente y fresquito. Te aseguro que lo devoramos. Y si a eso le sumamos que el servicio fue muy amable, ¡la experiencia se vuelve inmejorable! El ambiente era super acogedor, ya que el comedor está en el sótano y tiene esa vibra de bodega tradicional que tanto gusta.

Si estáis planeando ir, no lo dudéis; este lugar es muy recomendable. No solo por la comida y el servicio, sino también por el ambiente. Y hablando de vinos, tienen una selección de los mejores vinos de la región para acompañar los platos. Así que, si queréis complementar ese filete de ternera con un buen vino, no os faltarán opciones. ¡Ideal para una comida con amigos o una cita!

Fotografías Restaurante El Lagar de San Vicente

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