
La Bodega del Canal es uno de esos lugares que te atrapan en cuanto pones un pie en su antigua bodega a orillas del Canal de Castilla. Este restaurante en Villamuriel de Cerrato, Palencia, ofrece una deliciosa variedad de comida tradicional castellana con un giro innovador. Si eres amante de los asados, te encantará su lechazo churro asado hecho en un gran horno de leña. Además, tienen una carta a la que no podrás resistirte, llena de arroces, mariscos y ese ambiente acogedor que hace que cada comida sea una celebración.
No solo es un sitio perfecto para disfrutar de un buen festín, sino que también es ideal para esos grandes eventos como bodas o comuniones. La Bodega del Canal tiene un menú del día variado y una atención que deja huella. Con una valoración de 4.3 de 5 en Restaurant Guru y cientos de reseñas que hablan maravillas, es difícil resistirse a visitarlo. ¡Así que prepara el apetito y atrévete a explorar lo mejor de la gastronomía castellana en un lugar con tanto encanto!
Horarios La Bodega del Canal
| Día | Hora |
|---|---|
| lunes | Cerrado |
| martes | Cerrado |
| miércoles | Cerrado |
| jueves | Cerrado |
| viernes | 13:00–18:00 |
| sábado | 13:00–18:00 |
| domingo | 13:00–18:00 |
El horario podría cambiar.
Mapa Ubicación La Bodega del Canal
Dónde se encuentra La Bodega del Canal
¡Hey, amigos! Hoy quiero hablarles de La Bodega del Canal, un restaurante que se encuentra en P.º Canal, 13, 34190 Villamuriel de Cerrato, Palencia. ¡Así que si están cerca, no duden en hacer una parada! Antes de entrar en detalles, es bueno que sepan que aquí no hay carta. Todo es un menú cerrado, lo que nos tomó un poco por sorpresa la primera vez que fuimos. La idea es que te dejen probar un par de platos, pero, ¡ojo! a veces las cosas no salen como uno espera.
Hicimos la prueba y, de cinco platos, solo dos realmente destacaron: la pata de pulpo y la lasaña de rape. El arroz con bogavante… bueno, digamos que, para los que buscamos sabores fuertes, no fue el mejor. El entrecot llegó frío y un poco soso. Y mira, a veces uno tiene días buenos y otros no tanto, así que le daremos otra oportunidad. De hecho, el precio del menú es de 44€ y, con este tipo de experiencia, ¡duele pagar!
Pero no todo ha sido malo. Hay quienes han tenido experiencias increíbles aquí. Una vez un grupo reportó que se quedó encantado con el trato del personal y la calidad de la comida. Y sí, la atención es realmente un punto fuerte: tienen un equipo muy profesional que sabe hacerte sentir especial. La ambientación es bastante agradable también, algo que suma a la experiencia general.
Así que, si alguna vez te encuentras por Villamuriel de Cerrato, ya sabes dónde está La Bodega del Canal. Es un sitio que vale la pena explorar, aunque les aconsejaría que vayan con la mente abierta a un menú cerrado. ¡Quizás tienen suerte y les sale mejor que a nosotros! ¿Listos para la aventura culinaria? ️✨
Qué tipo de comida ofrece La Bodega del Canal
Menuda montaña rusa de experiencias hemos tenido en La Bodega del Canal, ¿verdad? Desde esperar un montón para hacer la reserva hasta que, cuando finalmente conseguimos mesa, el comedor estaba medio vacío. Ni te cuento la decepción. Te imaginas la ilusión y cuando llegas, ves que el lugar no está lleno como te habían dicho. La comida, aunque con un precio de 40€ por persona, era más bien escasa, y eso que esperábamos algo más robusto. Aún así, tengo que darle un aplauso a la camarera que nos atendió; se notaba que tenía buen rollo y hacía lo posible, así que por eso le dejo un par de estrellas.
Aún así, no todo fue tan desastrozo. En una ocasión anterior, también estuve allí y quedé sorprendido. La bodega es una joya, una antigua rehabilitada que tiene esos grandes comedores decorados en estilo medieval. Eso le da un toque especial, muy acogedor. La comida estuvo exquisita y bien presentada, aunque admito que las porciones eran un pelín justitas. Por no hablar del horno de leña que tienen, donde preparan lechazo castellano y cochinillo. Un placer para los amantes de la buena carne, pero hay que hacer malabares con el bolsillo, ya que el menú de fin de semana puede ser un poco caro.
Por otro lado, hubo una experiencia un poco más decepcionante, donde el servicio no fue el mejor. Recuerdo que algunos de mis amigos recibieron el primer plato frío, y otros, diez minutos más tarde. Una auténtica faena. Además, los segundos platos, que eran de pescado, llegaron congelados y crudos. Eso dejó una mala impresión, y la sensación de que no importó que tuviéramos platos sin tocar. Sin opción a carta, lo único que podías hacer era optar por el menú de fin de semana, que, además, tenía platos que solo servían bajo encargo. Así, tal como lo pintan, no es de extrañar que la comida se quedara algo corta en esa ocasión.
Entonces, ¿qué tipo de comida podemos encontrar en La Bodega del Canal? Pues la variedad es bastante interesante, con un enfoque en platos tradicionales de este rincón de España. Se especializan en recetas clásicas como el lechazo castellano y el cochinillo, además de ofrecer menús que varían entre viernes y fines de semana. La presentación es cuidada y las propuestas tienen buena calidad, aunque puede que las raciones no sean del todo abundantes. Así que ya sabes, si decides ir, no te olvides de ir con buen hambre y mentalizarte que a veces el contenido no acompaña la apariencia.
Cuál es una de las especialidades más destacadas del menú
Y, bueno, después de haber probado la comida en La Bodega del Canal, no te voy a mentir, me ha sorprendido bastante. La decoración medieval y moderna a la vez es un detalle que le da un toque especial. Es un local amplio y bien distribuido, lo que hace que te sientas cómodo desde el primer momento. A pesar del calor agobiante que hacía afuera, dentro del comedor estábamos de maravilla, fresquitos y listos para disfrutar de la comida.
Sobre la carta, estaba bastante variada y un poco diferente a lo que esperábamos. Pedimos el menú del día, y el gazpacho de sandía fue nuestro entrante. Ojo, que aunque no noté una gran diferencia con el gazpacho clásico, estaba rico y fresquito, ideal para el calor. El arroz con rabo de toro de primero me encantó, la porción era generosa y el sabor estaba espectacular. Pero el solomillo al Pedro Ximénez fue ya otra historia; aunque tenía muy buen sabor, me lo sirvieron demasiado hecho, y eso me estropeó un poco la experiencia. Todavía hay que decir que no me rendí y lo intenté acabar, pero la carne seca y yo no nos llevamos muy bien.
Cambiando de tema, el vino tinto de la casa, aunque no soy un experto (tú ya sabes que yo soy más de blanco), parecía estar bien, y la atención del personal fue un punto a favor. Siempre educados y atentos. Y por el precio, la relación calidad-precio está en una franja normal tirando a alta; puede que algunas raciones sean un poco escasas. Pero en general, una experiencia muy positiva.
Alguna de las especialidades más destacadas del menú es sin duda el arroz con rabo de toro. ¡Esa ración fue un acierto total! Así que ya sabes, si decides ir, no te olvides de probarlo. ¡Definitivamente volveremos a La Bodega del Canal! Estoy seguro de que la próxima vez nos llevaremos una mejor impresión de los postres también. ¡Pronto habrá que planear otra visita!
Qué hace especial al lechazo churro asado en La Bodega del Canal
Y bueno, después de esa comida increíble en La Bodega del Canal, no puedo dejar de recomendarlo. El menú es súper variado y la relación calidad-precio es genial, entre 20 y 30 € por persona. ¡Perfecto para salir a comer con amigos! La atención que recibimos fue de primera, de esos sitios en los que el personal te hace sentir como en casa desde el minuto uno. Y eso siempre suma puntos, ¿no? Sin duda, si vuelvo a Villamuriel de Cerrato, me plantaré allí de nuevo.
Desde que cruzamos la puerta, la experiencia fue inolvidable. El ambiente es espectacular y el horno de leña es una auténtica maravilla. Y ni te cuento la calidad de la comida; desde los entrantes hasta los postres, todo está preparado con ingredientes de primera y cada bocado lo disfrutamos a tope. Tomamos un verdejo muy rico y unas primeras tapas que nos dejaron con ganas de más, como la morcilla de Burgos y las patatas revolconas, que nos volvieron locos. Y ya cuando llegó el arroz con carabineros, eso fue el broche de oro.
Aparte del menú, hay algo especial en la atención del personal. Aunque el lugar es grande y estaba lleno, los camareros, todos muy simpáticos, se las arreglaban para atender a cada mesa con una sonrisa. Se nota que están bien entrenados, aunque a veces se les nota que tienen mucho trabajo. Aun así, eso no afectó nuestra experiencia. Es un placer ir a sitios donde la gente realmente disfruta lo que hace.
Y, para contestar a esa pregunta que muchos se hacen, ¿qué hace especial al lechazo churro asado en La Bodega del Canal? Pues, sin duda, la elaboración tradicional y el toque maestro en el horno de leña. ¡Ese sabor ahumado y tierno que deja el lechazo es simplemente impresionante! Te aseguro que vale la pena dejar espacio en el estómago para disfrutarlo. De verdad, es una experiencia que no puedes dejar pasar si te gusta la buena comida.
Cómo se cocina el lechazo churro en este restaurante
¡Por fin! Después de varios intentos fallidos, al fin pude disfrutar de La Bodega del Canal. Reservamos por anticipado esta vez, y qué gran decisión, porque el lugar estaba animado y lleno de buen rollo. Vimos el menú en su página de Facebook y ya se nos hacía agua la boca. La ocasión era especial, un reencuentro con un viejo amigo, así que queríamos que todo saliera perfecto. Decidimos empezar nuestra comida con una cazuelita de patatas revolconas, un plato típico de El Tiemblo que, aunque le faltaban esos tropezones de panceta churruscadita, seguía siendo un bocado delicioso. Ah, y lo mejor es que te ofrecen varios tipos de pan para acompañar, algo que no encuentras en todos lados.
Ya con el estómago contento, pasamos a los principales. Pedimos un arroz con bogavante y un estofado de lechazo churro a la toledana. El arroz llegó en una cazuelita que, la verdad, no me emocionó tanto; estaba bien pero le faltaba un poco de punch, quizás porque había mucho calamar y no tanto bogavante, aunque la cantidad era la adecuada. En cuanto al estofado, aunque el menú decía 'lechazo', era más bien cordero, que es típico en la preparación toledana. Echamos en falta la zanahoria y el jamón, pero, en general, estuvo muy bien ejecutado. El tiempo de espera fue bastante corto, así que la experiencia se mantenía en una buena nota.
Y claro, no podía faltar el postre; optamos por arroz con leche y un cremoso de frutos rojos. El cremoso estaba de otro nivel. No pude resistirme y terminé acaparando la copa, ¡estaba espectacular! Cerramos la comida con un par de cafés y, como si fuera poco, nos sorprendieron con mini bombones helados de cortesia. Y bueno, lo que más me llevó a querer volver es el servicio. Se nota que cuidan a su equipo, porque nos hicieron sentir como en casa, o incluso mejor. La Bodega del Canal es sin duda un lugar para repetir.
Y en cuanto al lechazo churro, en este restaurante lo preparan de forma cuidada y según la tradición. Aunque lo que nos sirvieron era cordero, destacaron su técnica al cocinarlo, garantizando que estuviera en su punto justo de sabor. Así que, si te animas a ir, ¡estás en buenas manos en lo que a cocina se refiere! Hasta la próxima, amigos.
La Bodega del Canal tiene opciones para eventos especiales
Y si hablamos de la Bodega del Canal, no hay manera de no emocionarse. Imagínate disfrutar de platos elaborados y sabrosos en un ambiente que, sinceramente, es un lujo total. Pero lo mejor de todo es el servicio, siempre muy atento y amable. Los camareros y camareras se deshacen en sonrisas y están pendientes de ti en todo momento. ¡Eso siempre se agradece! Además, el lugar está súper bien reconstruido, con un salón en piedra y madera que te hace sentir como si estuvieras en un castillo. La experiencia es inolvidable.
Otra cosa que me encanta de este sitio son los detalles. Por ejemplo, los aseos son muy limpios y hay suficientes para que no tengas que hacer cola. También hay facilidades para aparcar, lo cual es un plus si vas en coche. Y si te apetece dar un paseo después de comer, hay un gran parque cercano con caminos que te invitan a adentrarte en el campo. Ideal para bajar la comida y disfrutar del paisaje, ¿verdad?
Por cierto, no puedo dejar de mencionar el menú del día. Cada vez que he ido con mi familia hemos salido más que satisfechos. Recuerdo un salmorejo y una caldereta de cordero que fueron un verdadero espectáculo. Y sí, aunque el precio puede parecer algo elevado —como esos 15€ que pagamos—, la calidad está más que justificada. No dudaríamos en pagar un poco más por la experiencia, ¡buena comida lo vale! Sin duda, 100% recomendable.
Y hablando de eventos especiales, la Bodega del Canal es perfecta para celebraciones. Tienen opciones adaptadas a diferentes ocasiones y el trato es siempre excepcional, así que si estás pensando en organizar algo, ¡no lo dudes! Con todo lo que ofrecen, te aseguro que tus invitados se sentirán como en casa. Sin lugar a dudas, volveremos por más.
Qué tipo de eventos se pueden celebrar en La Bodega del Canal
Y bueno, lo que te gusta de La Bodega del Canal es que tiene un ambiente bastante acogedor y eso se siente cuando entras. Pero, para serte sincero, no todo ha sido siempre color de rosa. Recuerdo que el otro día fuimos un grupo grande, éramos 10 personas, y la cosa se complicó. La comida tardó más de una hora en llegar, y lo peor es que las salsas de los platos se nos olvidaron. Imagínate, la sepia y los huevos rotos... ¡sin salsita! Al final, los sándwiches llegaron con el pan quemado y la hamburguesa tenía más plástico que sabor. Un show, la verdad. Pero en otras ocasiones, mi experiencia ha sido realmente buena, así que no quiero juzgar solo por una visita.
Por otro lado, una vez llevamos a unos amigos de Bilbao y quedamos encantados. Pedimos el menú de fin de semana y todo salió de maravilla. La atención fue estupenda y los platos que nos sirvieron estaban riquísimos, especialmente el timbal de langostinos con mango y aguacate. No hablemos del lechazo al horno; estaba tierno y sabroso. Después de la comida, nos quedamos charlando un buen rato y aprendiendo sobre la zona, lo que siempre suma un plus al plan.
Lo que sí hay que reconocer es que el restaurante es amplio y cómodo, lo que lo hace ideal para grupos. Así que, si estás pensando en hacer un cumpleaños, una reunión familiar o incluso una comida de empresa, este es un buen sitio. ¡Tienen distintos espacios y comedores que pueden adaptarse a tus necesidades! Así que ya sabes, siempre que la experiencia sea buena, ¡a celebrar se ha dicho en La Bodega del Canal!
Ofrecen menú del día en La Bodega del Canal
Y es que la Bodega del Canal es uno de esos lugares que hay que conocer sí o sí. La atmósfera que se respira allí es increíblemente acogedora. Las paredes de piedra vista y ese calorcito ideal hacen que te sientas como en casa, sobre todo en esos días de calor intenso que marcan el verano. Te deja con ganas de quedarte a charlar largo y tendido mientras disfrutas de la comida. El personal es otro punto a favor; son atentos y competentes, siempre listos para ayudarte a elegir del menú con una sonrisa.
Hablando de la comida, yo me quedé impresionado con lo bien elaborados que están los platos. La ensalada de jamón de pato y la morcilla brass son de obligada degustación. Y no puedo olvidar mencionar el arroz con carabineros; ¡qué delicia! Cada bocado sabe a gloria. Luego, los postres son otra historia: todos exquisitos, pero el helado de mojito, ¡ay madre! Para morirse. Así que, si alguna vez dudas sobre qué pedir, no temas, aquí todo está diseñado para sorprenderte.
El local también ha vuelto con nuevas ideas, pero no han olvidado los clásicos que tanto nos gustan. Es genial ver que han mantenido ese aire de restaurante de toda la vida mientras aportan frescura al menú. Y si hablo del trato, solo puedo darle un 10 al equipo; son amables, profesionales y encantadores. Con esa combinación no hay manera de no pasar un buen rato.
¡Y sí que ofrecen menú del día! Por lo que he visto, un menú de fin de semana muy bien organizado, con entrantes, primeros, segundos y postres a elegir. Por 34€ por persona, no está nada mal y sobre todo te permite probar un poco de todo. Con un menú así, siempre queda un buen sabor de boca y la promesa de volver para descubrir más de esa carta tan variada. Si todavía no has ido, ¡no lo dudes más!








